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Compasión

Atraídos por un fulgor levantaron la mirada. Y vieron sobre una nube a Santiago Maldonado. Quien conversaba animadamente con San Pedro.

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Carlos Menem desfallecía junto a Charlie Watts en el Averno. Durante todo aquel día no habían podido encontrar un sitio habitado. Los atormentaba la sed. Atardecía.
Atraídos por un fulgor levantaron la mirada. Y vieron sobre una nube a Santiago Maldonado. Quien conversaba animadamente con San Pedro.
Entonces, a toda voz, Menem se dirigió a San Pedro, diciéndole:
“¡Santo Padre, ten compasión de mí! ¡Envíame a Santiago, que moje en champán la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque sufro lo indecible en medio de estas llamas!”.
Pedro le contestó: “Amigo, recuerda que durante tu vida terrena recibiste muchos bienes, y que Santiago, en cambio, solamente recibió agresiones. Pues bien, ahora él goza aquí de consuelo y a ti te toca sufrir. Además, entre nosotros y vosotros se abre una sima infranqueable. De modo que nadie puede ir a vosotros desde aquí, ni desde ahí puede venir nadie hasta nosotros”. 
El ex mandatario dijo: “Entonces, padre, te suplico que envíes a Santiago a La Rosadita, que hable con mis parientes, a fin de que no vengan también ellos a este lugar de tormento”.
Mas Pedro respondió: “Ellos ya tienen lo que han proclamado Evita, Alfonsín y Cristina. Que los escuchen”. 
Carlos Saúl replicó: “No, santo Padre, sólo si alguno de los que han muerto va a hablarles, se convertirán”. 
Pedro le contestó: “Si no quieren escuchar a sus mejores estadistas, tampoco se convencerán aunque resucite uno de los que han muerto”...

Comentarios

  • Bello cuento.

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