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Maía Shandalia

Mi nieta,

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Su mamá, Guadalupe, cuando era chiquita y quedaba conmigo pues su madre iba a trabajar,  solía cantar todo el tiempo. Pero si yo le pedía que lo hiciera para mí, callaba. Entonces negociábamos: las cosas que ella quería para jugar, se las daba a cambio de una canción.

Por entonces yo tenía una gigantesca mesa de dibujo, que había hecho fabricar especialmente para mi trabajo. Encima de ella había numerosos objetos, incluyendo un radiograbador. Una vez Guadalupe (Lupita) quería algo que, al parecer, había divisado sobre aquella mesa de dibujo. Desde su pequeña estatura -dos años y medio-, no le era posible alcanzarlo.

-Papi, upa- dijo cierta mañana. La levanté.

-Quero eshe... -después.

Mientras tocaba uno y otro objeto con mi mano derecha para saber qué deseaba, teniéndola envuelta en mi brazo izquierdo, preparé disimuladamente el grabador y lo dejé en pausa. Finalmente supe cuál era el objeto de su interés: una gran tijera, que nos había regalado mi cuñado Raúl, quien por entonces tenía una fábrica metalúrgica México.

-¿Esa tijera?... ¡No!... ¡es peligrosa, te puedes lastimar!... -alegué.

-Eshe quero, papi -insistió con esa calma constante que tenía y su vocecita irresistible Lupita.

-Bueno, mirá -concedí finalmente- te la doy para que cortes con cuidadito... pero si me cantas una canción...

-Beno...-contestó ella, y arrancó: 

 

-Maía Shandalia

póque shora niño

pod una shandalia

que she le ha peeedido.... 

 

pashe po mi casha

sho le daré dosh

una pada niño

ota pada vosh... 

lasquetejedi2.jpg 

Por cierto yo había puesto el grabador en funcionamiento con disimulo. Durante varios años, ese casette nos enterneció cuando lo escuchábamos. Creo que duró hasta que nuestras hijas tuvieron entre unos veinte y veinticinco años. La cinta era demasiado frágil, sin embargo y se cortó. Pese a que la reparé con monástica paciencia una y otra vez, finalmente perdió casi por completo el sonido. Queda en nuestra memoria, sin embargo, el eco permanente de aquella canción. Columna importante del nuestro castillo interior, donde hoy mora, sin apartarse, doña Felicidad.

 

P.D.: lo de "Maía Shandalia", era por cierto de su cosecha. La protagonista de la canción se llama realmente "María Santana".

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