Imagen: Brígido Carreras.
Mi abuelo tenía 12 hermanos. "Tata" Pancho (Francisco Carreras), su padre, era Encargado de una gigantesca estancia, La Noria, en el sur de Santiago. Mi abuelo despreciaba a su padre, por haberse entregado al alcohol. Sin embargo, por muchos Francisco era considerado un hombre sabio, muy bonachón, amigable, y un buen patriarca. De aquellos 12 hermanos hijos de Tata Pancho con Delia Santillán, la mayoría terminó yéndose a Buenos Aires. Una de las dos mujeres se casó con un alemán, los vi por última vez hacia 1967, en un gigantesco rascacielos porteño que administraban. La otra enviudó de un porteño para casarse con otro -burrero, es decir, afecto a las apuestas en el hipódromo-, hacia los `60. También me alojaron alguna vez, en las incursiones a Buenos Aires que empecé a practicar con alguna frecuencia, luego de que me fugara de mi casa paterna en 1963. Algunos de los demás o sus descendientes son personajes prestigiosos en la provincia de Buenos Aires.
Documento original. Biblioteca de la John Carter Brown Library, USA.
Se hablaba de la hermosura física de Manuel, uno de los hermanos mayores de mi abuelo. Tez morena -como casi todos en esa tierra de exuberante sol- pelo negro, como los bigotes, y hermosos ojos azules, alto, elocuente, era perseguido por las mujeres loretanas. Se casó con una, pero no tuvo hijos ya que se suicidó a los 34 años.
Su muerte fue algo truculenta. Mientras su esposa conversaba con una amiga, afuera de la casa, junto al cerco que la delimitaba, él se pegó un tiro en la sien con un revólver 38 largo. Al parecer el tiro le apartó la mano, haciendo que la bala rozara su frente dejándole un rasguño y fuera a incrustarse en la pared. Su esposa y la amiga, que habían venido corriendo al escuchar el estampido, llegaron a tiempo sólo para ver que Manuel se descerrajaba otro tiro -esta vez fatal, pues había introducido el caño del revólver en la boca, para no fallar.
Imagen: José Miguel Carrera
"Carreras" viene de "Carrera", el apellido original. El primero en estar aquí fue un español de Toledo, Bernardo Carrera, quien se desempeñaba como platero en El Cuzco hacia 1736. Por esa época fue que sus hijos se desplazan hacia la zona que hoy es Entre Ríos, en la Argentina, para ingresar desde allí a Santiago del Estero entre 1817 y 1822.
José Miguel Carrera, el caudillo chileno en conflicto con las clases dominantes había vuelto y estaba en Entre Ríos entonces. Y la emigración de mis antepasados ocurre aproximadamente al mismo tiempo que la derrota de Carrera y el abandono de su amigo, Estanislao López. ¿Tienen alguna relación estos dos sucesos? No lo sé. Hombres rudos y de combate, no se sabe mucho de ellos, más allá de un Napoleón Carrera, que se destacó en las batallas de la Independencia, junto al caudillo Juan Felipe Ibarra, hasta la generación de mis abuelos -bisnietos de él. De entre mis abuelos, Brígido -padre de mi papá- era el más peligroso. A los 14 años era capaz de voltear un torito a la carrera, tomándolo de las guampas. Se destacaba por ello, por su masculina hermosura física -moreno de ojos verdes- su metálica voz de mando, su velocidad con el cuchillo. Esto último le valió determinar quién bailaría con quién en cada fiesta, donde llegaba y después de bajarse del caballo se ubicaba en el centro de la pista, elegía a la niña que le agradara más, luego a un joven, y les ordenaba que bailaran para él, a los veintiún años. Félix Cruz fue un guapo muy famoso, de la provincia de Buenos Aires, a quien mi abuelo derrotó. Vestido enteramente de negro, rastra de plata, espuelas relumbrantes, Cruz era muy buen mozo y más alto que mi abuelo. De bigotes negros (mi abuelo los tenía rubios) Cruz impresionaba por su mirada fija y su parsimonia al andar. Fumaba serenamente mientras esperaba el momento en que su rival se echaría sobre él empuñando el facón. Mi abuelo le hizo un tajo en la muñeca derecha, Cruz tomó el pesado facón de plata en el aire con su mano izquierda sólo para recibir como un rayo otro profundo tajo allí, del facón de mi abuelo, que por entonces tenía 22 años. El sureño, cuarentón ya, no tuvo más remedio que retirarse pues ya no podía pelear.
El primer Cine Móvil de Santiago del Estero
Poeta, locutor, guionista de la por entonces única radio en Santiago del Estero (LV11), Julio Carreras fue en primer término gran Educador. Justicieramente, a poco de haber fallecido, una calle de COESA, el barrio de los Educadores, fue denominada con su nombre, por el Consejo Deliberante de la Capital.
En 1958 -durante el gobierno de Arturo Frondizi y Eduardo Miguel- creó la Dirección de Cine y Radio Educacional. Desde donde se efectuaban excursiones hacia los lugares más alejados de nuestra provincia, para proyectar películas. Principalmente Shunko, que había sido filmada íntegramente en Santiago del Estero. Aquel fue el primer cine móvil que existió aquí. Y posiblemente en todo el NOA.
Su hijo del mismo nombre desplegó en un libro, de 250 páginas, la biografía del hombre que introdujo las tecnologías más avanzadas en las Ciencias de la Educación. No sólo se ocupa de ello, sin embargo, sino provee a los lectores un panorama histórico de nuestra provincia, desde las primeras décadas del siglo XX hasta comienzos del XXI. A través del cual desfilan hechos poco difundidos: como el refugiamiento del general Julio A. Roca en 1908, la fundación de Garza o el drama del Cabo Paz.
Post: El 10 de mayo de 1981, en Buenos Aires, estando preso de la dictadura argentina, escribí estos versos dedicados a uno de mis abuelos.
El Jinete Oscuro
A Juan Manuel Carrera (1830-1899)
Ya sé que el recuerdo te ha hecho gigante
Pero cómo no hablar de tus famosos
Ojos negros, o de tu erecta estampa
Cuando te nombra con tanta frecuencia
La médula de mis sueños.
Nadie retiene ya muy claramente
Cómo eras, se guarda tu nombradía
Con el cuchillo, tu ropaje oscuro,
Tu voz, los sonidos de tu guitarra
O el campo que construiste.
Flacos ornamentos para un retrato.
¿Qué pensarías cuando caminabas
Sobre esa tierra llena de fantasmas
En la afiebrada noche del Kacuy?
¿Qué turbulencias sonoras, movían
Los torrentes de tu entraña?
Tu bisabuelo español
Especialista en milagros de Plata,
Tu abuelo, que militó con Ibarra,
O nuestros parientes mendocinos,
Perduración tenaz de los Fusilados...
Tanta historia, tanta vida y misterios
Tantos ecos sucesivos, golpeando
Su letanía en la sangre.
Cómo no hablar, pues, de tus ojos negros
Si son la encrucijada de mis líneas
El nudo desde donde se despliegan
Los tres planos verdaderos de mi tiempo:
El Hoy, el de aquél prófugo de Toledo
Y el de mi Abuelo, tu Nieto,
El que agregó una ese al apellido.
Origen del apellido Carrera
Por Ana María Ried Undurraga
Junio de 2007
La Arqueología Nobiliaria de don Fernando Márquez de la Plata menciona el documento más antiguo relacionado con esta familia que está en la Biblioteca Nacional de Madrid: el manuscrito Gracia Dei que fue escrito durante el reinado de los Reyes Católicos, que dice “Los del Apellido y Linaje de Carrera y Camino son muy emparentados y vienen de un mismo tronco, porque proceden de dos hermanos, naturales de las montañas y valle de Trasmiera, que llaman de Aco.
En tiempo del rey don Alonso, que ganó a Cuenca y a su Obispado, y la villa, estos hermanos sirvieron al rey, y mucho, en estas guerras; ganaron mucha honra y loor y así llevaron su apellido de esta manera:
“Teniendo el dicho rey don Alonso cercado uno de los dichos Castillos, estos hermanos se señalaron grandemente en la toma de él, porque ambos hermanos, antes de amanecer, a caballo, siguiendo el uno al otro, tomaron el camino donde estaba la gente que lo defendía.
El hermano que iba adelante fue muerto por un centinela, y el otro, que lo seguía apuró con furia su caballo, de manera que los que le seguían en su carrera, mataron a los guardias, entraron al castillo y colocaron la bandera del rey en la torre de homenaje.
Al saber el rey la hazaña de estos hidalgos, los mandó llamar, y al ver que había uno solo, preguntó por el otro hermano, y le contestaron que el otro había muerto en la carrera. Dijo el Rey: sea su nuevo apellido Carrera, y haya por armas un escudo partido, con un castillo con tres torres, y en la parte del homenaje salga un brazo, armado que tenga en la mano un pendón colorado, y encima de cada torre una estrella azul, en señal de que se hizo esta hazaña antes del amanecer, y póngase una banda negra que los atraviese, en señal de haber muerto el otro hermano en la carrera”.
Estas armas constan en la certificación de blasones dada por Juan de Mendoza, cronista y Rey de Armas de Felipe IV, el 8 de enero de 1632, a favor de Domingo de la Carrera, dueño, en aquella época de la casa de Amezqueta, del país vasco.
Comentarios
Quizás Borges, el maestro de la convergencia de sucesos, pueda darnos la explicación.
Estimado Julio:
Hoy estuve revisando tu blog. Llegué aquí al googlear mi nombre para saber si ya estaba en internet un artículo que publiqué. Ahí di con la sorpresa de que tu abuelo tenía el mismo nombre que yo. Te cuento que para mi familia nuestro apellido tiene mucho de incógnita. No manejaba el dato de Bernardo Carrera, lo que sí puedo decirte es que José Miguel Carrera Verdugo fue quien encabezó el primer gobierno en mi país, derrocando a la Primera Junta de 1810 que se debatía entre moderados y realistas. Con Carrera se inaugura la llamada Patria Vieja, período en el cual Chile declara por primera vez su Independencia - sin reconocimiento internacional y mucho menos de España. Por entonces, José Miguel junto a sus hermanos Juan José y Luis, y al otro gran prócer (el más popular y querido por los chilenos), Manuel Rodríguez Erdoiza crean los "Húsares de la Muerte", un escuadrón militar patriota bien organizado y cuyo símbolo era la calabera. Los Húsares eran bastante controvertidos: católicos y aristócratas, defendían más el derecho a rebelión de los pueblos que la necesidad de organización política. Conocidos bohemios y mujeriegos, simpatizaban con una suerte de protoanarquismo, años antes de Proudhon y Bakunin. Alguna vez Manuel Rodríguez acuñó la frase de que "Si a mí me nombraran Director Supremo me derrocaría a mí mismo"· José Miguel fue uno de los primeros héroes de la région que creyó en la necesidad de construir una gran nación de los pueblos del sur, aún antes que Bolívar. Su hermana Javiera coció ella misma el primer estandarte patrio: una bandera de 3 franjas horizontales con los colores amarillo, blanco y azul. En 1814 se produce en Chile el desastre de Rancagua, los españoles retoman el poder, viene la Reconquista y las acusaciones recíprocas entre o'higginistas y carrerinos respecto de quien forzó la rendición. O'higgins, secundando a José de San Martín y fuertemente influenciado por la Logia Lautariana - sociedad masónica secreta y cuyo ideólogo fue Francisco de Miranda - sostiene fuertes roces con Manuel Rodríguez y los heramnos Juan José y Luis Carrera en la expedición a Mendoza que prepara la vuelta a Santiago hacia 1817. José Miguel no concurre a la expedición y decide partir a Estados Unidos para reunir fondos y construir una flota que lo lleve de regreso a Chile para su liberación definitiva. El resto de la historia es más conocida. O'higgins, San Martín y la Logia se deshacen de Juan José y Luis, y de Rodríguez. José Miguel junta a sus hombres, haciéndose acompañar sin distinciones por gran cantidad de indígenas, y a punto de sitiar Buenos Aires, ciudad a la que llegó a interrumpir el flujo de agua para consumo, huye con una indígena y pierde la oportunidad de torcer la mano de la autoridad local y de San Martín. En otra de estas revueltas Carrera es traicionado por un caudillo argentino en la provincia de Entre Ríos, y debe enfrentarse al gobierno federal al internarse en la Pampa tratando de huir a Chile en compañía de un ejército diezmado de chilenos e indígenas. Es derrotado, apresado y llevado a Mendoza para su fusilamiento. Antes de morir dejó en claro su profundo sentimiento panamericanista: "Muero por la Independencia de América". Responsabilizado en Chile por su muerte, O'higgins cursa a Javiera, la hermana de José Miguel, la boleta con los gastos de fusilamiento para que sean cubiertos por la familia. O'higgins es acusado de ser cómplice de los hechos, y hacer de títere de San Martín y la Logia, y dos años después es forzado a abdicar de su cargo de Director Supremo.
El hijo del prócer chileno, José Miguel Carrera Fontecilla participó en la fundación de la Sociedad de la Igualdad, primera agrupación de carácter socialista que conoció la historia de Chile, y el hijo de éste último Ignacio Carrera Pinto, (nieto del héroe) fue el militar que debió dirigir la resistencia en la Batalla de la Concepción en el marco de la Guerra del Pacífico (Chile frente a la alianza Perú-Bolivia). La historia señala que un escuadrón chileno de 77 hombres quedó rezagado y que, decidido a no llevar a cabo la rendición, optó por morir combatiendo frente a 300 hombres peruanos, sabiendo que no existían opciones de éxito.
Espero esto te sirva, sobre todo, si - como he revisado - eres escritor.
Con respecto a los vínculos con los Carrera, reconozco estar más perdido, quizás tú puedas ayudarme. Sé que el padre de José Miguel se llamaba Ignacio de la Carrera y participó en la Primera Junta Nacional de Gobierno de Chile. Y no sé mucho más para atrás. Lo que me inquieta es que el apellido Carreras, es común en España, tal como el del tenor, y no es improbable que la división de las ramas se allá producido en la madre patria antes que acá. ¿Tienes más datos al respecto?
Te cuento que yo soy sociólogo (30 años), trabajo en la ONG Genera y hago clases en la Escuela de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado. Afectuosamente,
Francisco Carreras Vicuña
Sociólogo
Área de Análisis y Estudios
Genera, Ideas y Acciones Colectivas
PD: Te reenvío un email dirigido a mi padre y hermana.
Papá y Mapy:
Hace muchísimos años que tengo la curiosidad por saber de dónde viene nuestro apellido y si se relaciona o no con el de los hermanos Carrera. ¿Cuáles eran los antecedentes que yo manejaba? No mucho. Que alguna vez algún antepasado ordenó una investigación que no llegó a buen puerto, que el Tata aseguraba que existía una línea lateral a partir de un hijo natural de Luis Carrera y – según lo que me habría dicho la mamá – sería el fruto de un romance de éste con una indígena. Bueno, hace unos meses tú, Mapy, me señalaste que el tronco común partía con Ignacio de la Carrera, vocal de la Primera Junta Nacional de Gobierno, de cual provenían 3 ramas: Los de la Carrera, los Carrera y los Carreras. La teoría no es mala, teniendo en cuenta que si el padre es “de la Carrera”, algo sucedió para que Javiera, José Miguel, Luis y Juan José se apellidaran Carrera, a secas. Pero el inconveniente que surge es de dónde salen las otras ramas. ¿Tuvo Ignacio otra descendencia que mantuviera su apellido, y además la variante de los Carreras? Complejo.
Pero vamos a cosas claras:
1- No se puede dudar que existe un tronco común. Tal como el de los “Fernández” y los “Fernandes”, los “Enríquez” y los “Henríquez”.
2- Existen entonces tres opciones:
a) Que las ramas se hayan formado en España y que, por tanto, el tronco común sea anterior al de los héroes patrios. Caso en el que probablemente tendríamos algo que ver con el tenor español, José Carreras.
b) Que las ramas se hayan formado también en Chile (o Sudamérica), caso en el que el vínculo con José Miguel y sus hermanos sería más próximo.
c) Que el apellido nuestro surja por una derivación de los Carrera, y no de los Carreras españoles, apellido que – por lo que he constatado en internet – no es inusual en la madre patria.
Les envío un sitio de internet de un escritor argentino, patria donde fueron fusilados los 3 hermanos varones, que puede ayudar a comprender más el entuerto:
http://fulgor.blogspirit.com/archive/2005/05/index.html
Pancho.
Estimado Francisco:
Muchas gracias por tu rico e interesante comentario.
En verdad yo también me siento algo desconcertado ante nuestro apellido. Pese a que es indudablemente de origen español, no es tan "común" como otros (Gómez, Jiménez, López). También están los "De las Carreras", que no sé muy bien de dónde vienen; en Córdoba (Argentina) hay un barrio que se llama Chateau Carreras porque allí hubo en tiempos coloniales un Conde De las Carreras y se refiere a la casa donde residía (una especie de castillo).
En Uruguay hubo también un escritor de muy buen nivel que llevaba el apellido De las Carreras (a principios de siglo).
Te confieso que al igual que muchos de mis antepasados, no he tenido tiempo suficiente para investigar si existen vínculos o no entre nosotros. Me quedé sólo con los más directos, como los mencionados en el texto de arriba, es decir familiares en la provincia de Buenos Aires, algunos en Córdoba... y poco más.
Una cuestión que complica más este asunto es que nuestro apellido familiar fue en realidad "Carrera". Mi padre, y varios de mis tíos, fueron consignados así en los registros de nacimiento. Pero con el tiempo prevaleció "Carreras".
Como esta no es una progenie tan extendida como los Gutiérrez o los Fernández, tiendo a creer que todos tenemos un origen común, posiblemente.
Un saludo afectuoso, si encuentro más datos que puedan ayudarte los consignaré aquí apenas los obtenga.
tb tengo algo que ver en esto y estoy tratando de averiguar mas....se de buena fuente, que por parte de mi abuelo paterno, somos descendientes de Javiera, la hermana de Jose Miguel, Juan José y Luis. Se que viene por el lado de los Echiburu Carrera y de ahi salta a Albornoz Echiburú.
Si ustedes tuvieran alguna información que me pueda servir se los agradecería.
Hablando de CARRERA hubo un Pedro N. CARRERA viviendo en la zona de Tres Arroyos, Provincia de Buenos Aires. El fue uno de los fundadores de esa ciudad y era un estanciero acaudalado dueño de un establecimiento denominado "La Ballena". Según diarios de Tres Arroyos Don Pedro N.Carrera (nombre que lleva una de las pocas calles que no son simplemente números en dicha ciudad Bonaerense) fue Diputado de la Nación, fue quien eligió el lugar donde debía fundarse Tres Arroyos y amén de ello tenía transportes de carretas. Tuvo hijos e hijas Uno de sus nietos fue Leopoldo N.Carrera, campeón mundial de billar por ahi de 1950. Otra de las hijas, Margarita casó con el Dr. Ramón Vivas, doctor en leyes cuyo padre o abuelo también acaudalado era dueño de un "Palacio" llamado así "Palacio de Tristán Vivas" en un departamento del norte de Córdoba, lindante con Sgo. del Estero y con Catamarca (Depto. Tulumba) La finca creo se llamaba El Carrizal y podría haber sido comprada por el ex gobernador de Córdoba Angeloz. Según comentario aparecido en la Revista del diario La Nación de Buenos Aires, Argentina, algún domingo de 1971 o comienzos de 1972, en una entrevista realizada a un Santamarina (también un hombre de mucha fortuna) él habría comentado que su patrimonio lo hizo gracias al apoyo de Pedro N. Carrera. Es posible -no seguro- que Santamarina (Pedro N?) podría haberse casado con una de las hijas de CARRERA pues él era albacea y CARRERA falleció relativamente jóven. Uno de los CARRERA trabajó durante muchos años en la biblioteca del Congreso de la Nación Argentina.
Mi abuelo, Brígido Carreras, cuando quería significar que alguien era muy rico, lo comparaba con un tal "Horacio Santamarina"; también hablaba, en esos casos, de "Benjamín Zubiaurre".
Personalmente nunca di mayor importancia a esos nombres, tomándolos sólo como cuando ahora, en una conversación alguien dice "Macri" o "Grobocopatel" para un propósito parecido. Además siendo niño uno se abstrae generalmente de la conversación de los mayores.
Vagamente rescato fragmentos de las conversaciones, donde creo recordar alguna mención, cierta vez, de que "Benjamín Zubiaurre supervisaba personalmente el ingreso del ganado".
Es que mi abuelo -como creo haber consignado arriba ya- desde los doce o trece años iba junto a otra gente de la estancia La Noria, en Santiago, llevando miles de vacas a la provincia de Buenos Aires (1300 km a caballo y los equipajes en carros).
Mi bisabuelo, Tata Pancho, había sido el iniciador de ese ciclo en el siglo XIX (fines de la década de 1880) entonces es probable que ese Santamarina que tan gentilmente trae ahora a cuento el Sr. Julio Voget, haya sido uno de los protagonistas regulares de las transacciones entre la estancia de Santiago y Buenos Aires en aquella época. De Zubiarre encontré esto, recién, con Google:
JOSÉ BENJAMÍN ZUBIAURRE
Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco
Author
Anónimo
Keyword
Técnica: Fotografía .
Description
Nº19 Museo José Hernández | Retrato Sin marco. Bajo vidrio...
Address:
Suipacha 1422
Telephone:
4327-0272
Fax:
4327-0272
Opening Hours :
Martes a domingos de 14 a 19 hs. Feriados de 15 a 19 hs. Lunes cerrado Vías de transporte: Colectivos: 17, 45, 56, 59, 67, 70, 86, 91, 100, 105. Subte: línea C, estación San Martín. Trenes: líneas Mitre, San Martín y Belgrano, estación Retiro.
Pero lamentablemente, no han puesto en internet una reproducción de la foto. Hay más datos en internet, pero no he querido agobiarlos con tantos textos.
Muchas gracias y un saludo cordial.
Mis amigos: Como yo soy fanática y estudiosa de estos temas les aporto algo: El apellido "de la Carrera" es el original, y tiene más de 350 años, en España. Eran dos hermanos que no se llamaban así y que fueron héroes en la toma de un castillo en Navarra. Uno de ellos murió y el otro "a la carrera" de su caballo abrió las puertas del castillo enemigo mencionado. El rey (no se rían, porque es así) les dió ese nombre para recordar la hazaña, y a la vez le dió muchos bienes y títulos al hermano "De la Carrera". De allí vienen todos. El primer De la Carrera llegado a Chile fue don Ignacio de la Carrera e Yturgoyen, algo así como abuelo del Padre de la Patria, don José Miguel de Carrera. Los apellidos Carreras y Carrera, y De Carrera, son variaciones del mismo apellido. Puede haber hijos naturales, esclavos que se llamaron como sus amos (había negros), etc. Don José Miguel de Carrera dejó un solo hijo hombre y de él hasta ahora no quedan descendientes directos con su apellido. Los que encontramos pueden ser descendientes de sus parientes o de otros que quedaron en España, son más de 300 años.
Vivan ellos por siempre en nuestros corazones, junto a Manuel Rodríguez y a Ignacio Carrera Pinto. También hay que saber mucho de él, porque de tal abuelo tal nieto.
Si alguien quiere saber la descendencia de nuestros 4 hermanos Carrera, están en la Internet. Juan José no tuvo hijos, Luis fue soltero. José Miguel tuvo 4 hijas y un hijo.
En Chile tenemos un completo arbol genealógico de José Miguel. También de Javiera, que se casó dos veces. Sus hijos fueron Lastra Carrera y Díaz de Valdés Carrera. Ya se estaban sacando el "de".
Como ejemplo, el primero de mi apellido se llamó Juan Francisco Martínez de Aldunate de Uxoé y Garro. Su padre era Martín de Uxoé. El "Martínez" es porque era "hijo de Martín". Era del lugar de Aldunate en Uxoé, Navarra. Garro era por su madre. Doña Fausta de Garro. ¡Hace 500 años! No había computación, ni internet, ni autos, ni teléfonos, ni electricidad, ni aviones, ni TV, ni DVDs.
Era en la Edad Media. Y antes aún, habían Aldunate en Almería, en el sur de España, lugar que fue invadido por los moros como el año 800 DC. En árabe Aldunate quiere decir "el que vive a la subida de la loma". Ya tenían riquezas, pero las invasiones moras los obligaron a huir a las provincias vascas solo con lo puesto. Seguramente eran visigodos. A estudiar, niños. Yo tuve en mis manos un sable de José Miguel, y en el lomo de la hoja dice "José Miguel de Carrera", grabado en el acero.
Se van a poner viejos leyendo. Chauuuuu
"Carrera y sus hombres fueron por esos años un vendaval, especialmente después del tratado de Arroyo del Medio en 1820, entre Buenos Aires y Santa Fe, por el cual el chileno perdió su condición de asilado político entre los caudillos. Se hundió entonces entre las tolderías de Pablo el Vorogano, que lo recibió efusivamente.
[...]Al unirse a los caudillos [Carrera] logró fortalecerse; cuando fue abandonado por ellos consolidó sus lazos con los indígenas [...]
...cómodo entre los mapuches, recibía los halagos de cada vez mayor cantidad de comunidades. Respetado y protegido ya era para ellos el "Pequeño Rey" (Pichi-Rey). Así se lo demostraron, en un gran parlamento celebrado en su campamento en 1821 a través de un lenguaraz que se dirigió a Carrera, para decirle que, habiéndose reunido en consejo las tribus indias, él había sido elegido para congratular y dar la bienvenida al Pichi Rey, para informarse de su salud y de las dificultades que había encontrado en su camino, la situación del país que había dejado, las fuerzas militares de que disponían, cómo las empleaban y qué planes se proyectaban. [...]
Hízole presente que, en testimonio de adhesión, se ponían todos a sus órdenes y no tenía más que encabezar las tribus para que volaran a vengar sus agravios [...]
Carrera Pichi Rey...
Grande cuando habla con nuestro Padre Sol
todos los días por la vida de nosotros,
los humanos.
Pichi Rey habla al Sol
y el Sol contesta a Pichi Rey.
Nuestros, juntos, sabios, el Sol y el Rey
hablando de nosotros,
cuidando los toldos.
La fiesta, la tierra, la risa.
(Fragmentos del libro "Nuestros paisanos los indios", del antropólogo argentino Carlos Martínez Sarásola)
CONFLICTOS CON ARGENTINA Y PERÚ EN LAS GUERRAS
DE LA INDEPENDENCIA. IMPORTANCIA NO RECONOCIDA
DE CHILE EN LA EMANCIPACIÓN AMERICANA
(dos fragmentos)
"Había en ese hombre algo de Alcibíades griego. Poseía la flexibilidad de maneras de ese héroe ateniente que, en Esparta, ejemplarizaba con su sobriedad a los discípulos de Licurgo, que en Jonia, era el más voluptuoso; que en Tracia pasaba por el mejor jinete y el mayor bebedor; y que en Persia asustaba con sus lujos a los sátrapas del rey. Carrera también había sido en España un oficial bravo y alegre; en Chile, un revolucionario hábil y audaz; en Estados Unidos, un proscrito circunspecto y emprendedor; en Montevideo, escritor y diarista; entre los montoneros de Entre Ríos y Santa Fe incansable batallador; en la pampa, un gaucho en el manejo del caballo y de la lanza". (Miguel Luis Amunátegui)
Aún ausente y forzado a permanecer ajeno a todos estos hechos, la historia de Carrera en este período resultará en una epopeya insólita y sobrecogedora. Su venganza contra los asesinos de sus hermanos, contra los tiranos, sería un verdadero azote sobre el territorio argentino. Desde su imprenta clandestina publica "El Hurón", un pasquín que devela hasta la intimidad los escándalos de la administración de Pueyrredón y las argucias de San Martín en Chile. Desnuda también los afanes monarquistas de los "patriotas" argentinos. La indignación popular creció en Buenos Aires y en las provincias como un reguero de pólvora al conocerse las denuncias de estos impresos, motivando a las autoridades a redoblar los esfuerzos por dar cacería al rebelde militar chileno. En "José Miguel Carrera. Su vida. Sus vicisitudes. Su época", Manuel Reyno Gutiérrez apunta:
"No caerán en terreno estéril las palabras de don José Miguel Carrera y la guerra civil no tarda en asomar su sangrienta cabeza sobre las márgenes del Plata. Sus adversarios se defienden, cargándolo de acusaciones y de ofensas, y anotan en el haber de su cuenta todo lo malo que ocurre, presentándolo como un aborto del infierno.
La lucha es a muerte y no hay tregua posible. En ella caerán todos los actores: Carrera, Pueyrredón, O'Higgins, San Martín. La sangre va a llenar muchas páginas de la historia argentina, y mientras la marea arroja a las playas del Plata a Rosas y sus mazorqueros, encarnados en las ideas federales, y se funde en dolor el futuro de la República Argentina al este de los Andes..."
Había comenzado, entonces, la Anarquía argentina. El proscrito logró armar un ejército enorme, conformado por rebeldes y más tarde indígenas que lo reconocieron con el título del "Pichi Rey". Aplastó militarmente a Buenos Aires en dos ocasiones y puso en jaque a sus enemigos en el gobierno. Dejemos que Fernando Campos Harriet termine de contar esta etapa:
"José Miguel Carrera se unió con los federales. Aparte de su conveniencia política, había una razón ideológica: acababa de llegar de Estados Unidos y en la gran nación del norte había podido comprobar los asombrosos y felices resultados de ese régimen institucional que, aparte de un breve ensayo, nunca se ha estudiado seriamente establecer en Chile".
"La lucha de los federales con el Director Supremo Pueyrredón fue acaudillada por Ramírez, el jefe de Entre Ríos, instigado por Carrera, que colaboró con su pluma predicando la federación y denunciando un plan de Pueyrredón con las brasileños para entregar la Argentina a un príncipe Borbón".
"Pueyrredón renunció a causa de la gran impopularidad de su persona y entregó el 10 de julio de 1819 el solio presidencial al Brigadier Rondeau. Este recibió por herencia la guerra civil".
"El triunfo de los federales fue incontenible. Ocuparon Buenos Aires. Manuel Sarratea fue nombrado Gobernador. A los diez días, Balcarce, unitario, que había salvado su división de la derrota, derribó a Sarratea. Pidió a José Miguel Carrera que sirviera de mediador con los federales. Carrera aceptó y con el pretexto de desempeñar esta comisión se dirigió con la celeridad del rayo a entrevistarse con su amigo Ramírez, que estaba a alguna distancia de la capital. Unas cuantas palabras le bastaron par entenderse. Era necesario desalojar a Balcarce. Era absurdo sostener en el poder a un enemigo, pudiendo derribarle".
"Con doscientos hombres, Ramírez y Carrera marcharon sobre Buenos Aires y entraron sin ninguna resistencia, viendo incorporarse a sus filas a los defensores de la ciudad".
"Balcarce huyó, abandonado de sus leales, dejando el puesto a Sarratea. Carrera había sido el promotor de todos estos acontecimientos increíbles. Miguel Zañartu, Ministro de Chile en Buenos Aires, escribió a O'Higgins: "Carrera es el alma de todos estos movimientos"."
Carrera continuó planeando su regreso a Chile. A diferencia de lo sucedido con el Ejército de los Andes, no quería extranjeros en sus filas que repitieran el espectáculo de intervención política que ofrecían los militares mendocinos en Santiago. Para ello convino con Sarratea en un acuerdo para sacar a todos los chilenos de la guarnición de Buenos Aires, reuniendo 600 hombres que quedaron al mando de José María Benavente, designado Comandante en Jefe por Carrera. Pero Zañartu puso en alerta al Gobierno de Chile y escribió una seria advertencia a Sarratea, por nota del 16 de marzo de 1820:
"Ya no puedo por más tiempo ser indiferente a la voz pública que, con los preparativos de esta expedición, ha divulgado también la protección que Usía le dispensa, al extremo de franquear a don José Miguel Carrera, autor de ella, todos los soldados que paga este país; y que bajo el nombre de desertores, existen en la ciudad y en la comprensión de la provincia. Si es verdadero este permiso o más bien esta cooperación, ella expresa una declaración abierta de guerra contra el Estado y Gobierno que represento y me impone el deber de pedir a Usía, con los motivos de esta resolución, el pasaporte correspondiente para retirarme a mi Estado".
Sarratea no respondió la nota, por lo que Zañartu se volcó a los medios difamando sin piedad a Carrera y relatando el éxito de la campaña de Lord Cochrane sobre Valdivia, que veremos más abajo. Agregaba que una interferencia de Carrera podría en peligro la Expedición Libertadora al Perú, con lo que consiguió reclutar antipatías contra Carrera.
Incorporado ya entre los indios, el "Guerrillero de las Pampas" sembró el terror en las provincias donde las fuerzas argentinas bloqueaban el paso a la cordillera, hacia su propia patria, sabiendo que su regreso a Santiago volvería a convertirlo en el líder indiscutido de las masas arrebatándole a los lautarinos la posibilidad de repartirse en poder político. Infatigable, había pactado con el Gobernador de Entre Ríos, Ramírez, para algunas de sus acciones. Sitiando Córdoba hasta conseguir su rendición, se le unió el Coronel argentino Felipe Álvarez, con 800 hombres. Luego de separarse de Ramírez, Carrera derrotó a las tropas mendocinas en villa Concepción de Río Claro. Se había vuelto con ello la peor y más humillante pesadilla para el Plata. Miguel Luis Amunátegui escribe sobre ello:
"Esta facilidad para triunfar, a pesar de la escasez de sus recursos, dio a Carrera entre los campesinos la fama de hechicero. Aquellas pobres gentes no podían explicarse tan constante y buena fortuna en la guerra, sino atribuyéndola a causas sobrenaturales. Referían mil patrañas al respecto. Contaban, entre otras cosas, que había quien había visto a Carrera durante un combate sacar del bolsillo un papel blanco, arrojarlo al viento, y hacer brotar de la tierra por la virtud de tal conjuro, legiones de soldados cuyo empuje nadie era capaz de resistir. Una reputación como ésta no dejaba de aprovecharle y apartaba de su camino más de un enemigo".
El Testamento de Carrera. Trágico fin del Prócer
de la Independencia
"Príncipe de los caminos / Hermoso como un clavel / embriagador como el vino / era don José Miguel.
¿Quien fue el primero que dijo, / libertad en nuestra tierra, / sin reyes y sin tiranos....? / ¡Don José Miguel Carrera!"
(Poema de Pablo Neruda)
El 25 de junio de 1819, sintiendo la posibilidad de la muerte cerca, el General Carrera redactó su elocuente Testamento, en los siguientes términos:
"En el nombre de Dios.
Yo, José Miguel de Carrera, natural y vecino de Santiago de Chile, hijo legítimo de don Ignacio de Carrera y de doña Paula Verdugo, ya difunta, naturales también de aquella ciudad, hallándome en mi sano y entero juicio, para estar prevenido con disposición testamentaria cuando llegue la muerte, y para resolver con maduro acuerdo todo lo concerniente a evitar dudas y pleitos que por defecto de claridad pueden suscitarse después de mi fallecimiento, otorgo mi testamento cerrado en la forma siguiente.
Declaro hallarme casado legítimamente con doña Mercedes Fontecilla, en cuyo matrimonio hemos tenido por hijas a Francisca Javiera, Roberta, Rosa y Josefa, que aún están en la edad de la infancia, declarando asimismo hallarse a la fecha embarazada, cuyo fruto reconozco igualmente que a los demás por mi hijo; de los cuales, usando de la facultad que me confiere la ley, nombro por tutor y curador en primer lugar a don Francisco Tagle, en segundo lugar a don Pedro Vidal, y en tercero a don Nicolás Cerda, todos naturales y vecinos de la misma ciudad de Santiago de Chile; esperando de la buena conducta, fe y amistad del que admitiese este encargo que cuidará con el mayor celo de la conservación y aumento de sus bienes, de su mejor crianza y educación sobre que le encargo la más empeñada atención y esmero. En el caso de que mi cuarto hijo, del que queda mi mujer embarazada, fuese varón, es mi voluntad que a los siete años de edad sea mandado a Estados Unidos al cuidado de mi íntimo amigo el comodoro David Porter para que sea educado por su dirección en uno de aquellos colegios.
Si desgraciadamente faltase mi mujer antes que mis hijas tengan la edad de ocho años, es también mi voluntad que sean mandadas a Estados Unidos para que al cuidado y dirección de dicho mi amigo reciban su educación debiendo volverlas a su patria luego que cumplan trece años.
Declaro que la expresada mi mujer no aportó a nuestro matrimonio por dote cosa alguna, y que, lejos de haber gananciales, hemos sufrido pérdidas y menoscabos causados por los contrastes de la revolución.
Mis bienes al presente deben consistir en la parte que, como a uno de cuatro herederos forzosos de mi difunta madre, me corresponden, cuyas particiones no se han practicado, existiendo aún aquellos bienes hereditarios en poder de mi padre.
Con respecto a que con la muerte de don Luis, mi hermano, debe recaer en mí la mejora que mi madre le hizo de una casa que está en Santiago de Chile, según todo consta de su disposición testamentaria, la declaro parte de mis bienes.
Por el fallecimiento de Juan José, mi hermano, deben venir a mí las capellanías de legos que gozaba, lo declaro para que conste.
En 1814 di boletos de manumisión a mis esclavos María de los Santos Carrera y a un negro que me fue regalado por el obispo Guerrero, cuyo nombre no recuerdo por ahora: para su mayor firmeza lo declaro en este testamento, y si necesario fuere la doy de nuevo, mandando que desde la fecha de dichos boletos se tengan por libres; como igualmente desde la presente a Dionisia Blanco, mi esclava, que actualmente está en mi servicio (y a todos sus hijos, si algún derecho me corresponde sobre ellos), a quienes desde luego manifiesto para que, como tales libres, puedan tratar, testar o hacer todo cuanto se permite al que es naturalmente tal; y en consecuencia de lo que proviene el derecho, renuncio enteramente por mí y mis sucesores el de patronazgo que tengo en ellos por las leyes, para quede esta suerte sea más firme su manumisión y jamás pueda yo reclamarla.
A la mencionada doña Mercedes, mi mujer, lego el remanente del quinto de mis bienes: lo declaro para que conste.
Para diligenciar la expedición que conduje de Estados Unidos, compuesta de cuatro buques de guerra la "Clifton" el "Salvaje" la "Davey" y el "Tupac Amaru" con armamentos y pertrechos suficientes para la formación de un ejército, con oficiales militares, y artesanos para los ramos de guerra, etc., etc., fue necesario emprender gastos considerables a que ocurrí con dinero a mi responsabilidad, ellos constan de las cuentas que quedan entre mis albaceas que, formalizadas, reclamen la cantidad a que asciendan del Estado de Chile que creo obligado a cubrir en razón de su libertad y por sus órdenes fue consumida. Entre estos gastos se ven los de la conducción de oficiales y artesanos de los que dispusieron el Gobierno de Chile y el de Buenos Aires, que deben abonarlos; de estas cantidades se pagarán dos mil pesos fuertes al coronel Joel Robert Poinsett vecino de Charlestown en Sud Carolina, los que deberán entrar en mis bienes, caso de haberse cubierto antes de mis fondos.
La flotilla y demás auxilios conducidos de Estados Unidos para libertar a Chile, mi patria, debe considerarse y fue la obra del Presidente del Gobierno de aquel país y del general de sus tropa al tiempo de la retirada de Mendoza: mi viaje a este objeto a Estados Unidos fue de acuerdo con el vocal Orive, y con consentimiento del Director de las provincias unidas don Ignacio Álvarez quien me recomendó oficialmente al Presidente de aquella nación el señor Madison. Habrían tenido efecto mis sacrificios y Chile habría disfrutado ventajas incalculables, si mi expedición no hubiese sido detenida y destruida por la arbitrariedad y despotismo del Director Pueyrredón. En esta virtud y en la de que las mismas contratas que celebré en Estados Unidos sobre la expedición, acreditan no haber por mi parte responsabilidad alguna, mando a mis albaceas y herederos no se mezclen en gestiones que sobre dichos contratos ocurran, dejando que por sí solos reclamen sus derechos los interesados como, cuando y contra quien vieren convenirles.
Mis dependencias pasivas constan de letras que he girado contra mi casa; mando que se paguen y que si apareciesen algunas activas, se cobren.
Nombro por mis albaceas a don Francisco Tagle, a don Pedro Vidal y a don Nicolás Cerda a cada uno in solidum confiriéndoles amplia facultad para que de mis bienes se cumpla y pague todo lo prevenido en este testamento, cuyo encargo les dure el año legal y aún más tiempo si lo necesitaran.
Después de cumplido y satisfecho todo lo expresado, en el remanente de todos mis bienes y derechos presentes y futuros, instituyo por mis únicos herederos a las referidas Javiera, Roberta, Rosa y Josefa, igualmente que el que está en el vientre, cuando por la ley puedan serlo, y a los demás descendientes de legítimo matrimonio que hubiese al tiempo de mi muerte y deban heredarme para que lo lleven según lo dispuesto por las leyes.
Solo formalicé disposición testamentos en 1806 a favor de mi hermana Javiera; ésta y cualquiera otra que pareciera anterior a la presente las doy por nulas, y, en caso necesario, las revoco para que fe judicial ni extrajudicialmente excepto este testamento o se tenga por tal, se cumpla en todas sus partes como mi última voluntad o en la forma que más haya lugar en derecho. Montevideo, 25 de Junio de 1819.
(Firma) J. MIGUEL DE CARRERA"
Hacia fines de 1820, la autoridad de Cuyo reforzó su fuerza contra Carrera y sus hombres, que ya controlaban la totalidad de la Pampa y de Córdoba. La decisión se tomó por instrucciones de Buenos Aires, obedeciendo a su vez a los consejos de Zañartu. El General Morón partió rumbo a San Luis con las divisiones de San Juan y de Mendoza, para enfrentarse con Carrera y Ramírez. El azote de Morón fue despiadado, apresando y fusilando a cuanto mendocino despertaba sospechas de ser aliado de la guerrilla. Confiaba ya en su superioridad a razón de su crueldad, cuando en junio de 1821 cayó derrotado y muerto por los hombres Carrera tras iniciar el argentino un combate "sorpresa" que alcanzó a ser advertida por los montoneros al toque anunciando a retaguardia. La muerte de uno de los mejores generales del Plata y el escape despavorido de las fuerzas de Cuyo serían una dolorosa mácula en el orgullo bonaerense, que exigía ser lavada con la sangre de Carrera.
El prócer chileno, quizás excesivamente confiado en sus triunfos, pretendió dar el golpe final para atravesar la cordillera de los Andes. El fracaso de su intento de salir desde San Luis le había demostrado que debía proveerse de una caballería acorde a las necesidades de tal empresa, por lo que el 21 de agosto partió con 500 hombres hasta Punta del Médano, cerca de San Juan, con tal propósito. Inesperadamente, fue rodeado por 800 hombres del Ejército de Mendoza, al mando del Coronel José Albino Gutiérrez, que habían sido alertados de su presencia. La lucha fue desigual, batiéndose en retirada Carrera, Benavente y Álvarez.
Viendo todo el proyecto fracasado, el ilustre patriota chileno fue traicionado vilmente por los jefes argentinos que hasta sólo unas horas antes le juraban lealtad, y tres oficiales a su servicio decidieron volverse mercenarios tras secretas ofertas de Buenos Aires para comprar su libertad: José María Moya, José Manuel Arias y un tal Inchauste. La deslealtad de estos personajes ha hecho historia. Consiguieron rebelar a gran parte de la tropa para apresar a todos los demás oficiales salvo a Benavente, a pesar de su negativa a pasarse al bando de los traidores. Carrera fue amarrado de pies y manos, siendo conducido a Mendoza la noche del 1º de septiembre. Lo encerraron con Benavente y Álvarez en el mismo calabozo.
Al día siguiente, El Coronel Albino Gutiérrez llegaba a la ciudad exigiendo la ejecución de los detenidos, siendo procesados durante esa misma noche en un escandaloso libelo plagado de injusticias, sin derecho a defensa para la parte acusada y ausente de todo apego al derecho, con una sentencia concebida entre cuatro paredes y sin ajuste ni referencia a legislación alguna, que le fue leída a los detenidos a las ocho de la noche del día 3:
"Visto, conformándome con el parecer del Consejo de Guerra, serán pasados por las armas en el perentorio término de 16 horas el Brigadier don José Miguel Carrera, el Coronel José María Benavente y el de igual clase don Felipe Álvarez".
El 4 de septiembre de 1821, durante la mañana y a dos horas de la ejecución de la sentencia, Carrera pidió papel y lápiz para escribir su carta de despedida a la mujer de su vida, su paciente y sacrificada esposa Mercedes Fontecilla, diciéndole:
"Ten resignación para escuchar que moriré hoy a las once. Sí, mi querida, moriré con el solo pesar de dejarte abandonada con nuestros tiernos cinco hijos, en país extranjero, sin amigos, sin relaciones, sin recursos. ¡Más puede la providencia que los hombres!"
Ya con la hora final encima, escribió una pequeña nota que guardó dentro de la caja de su reloj:
"Miro con indiferencia la muerte; sólo la idea de separarme de mi adorada Mercedes y tiernos hijos despedaza mi corazón. Adiós, adiós".
Carrera fue sacado a la Plaza Mayor de Mendoza. Al enfrentarse a las chusmas gritando en su contra y pidiendo su cabeza, exclamó desafiante: "¡Qué pueblo tan incivil". Tal como lo hicieran antes sus hermanos, se negó a enfrentar al pelotón de fusilamiento con los ojos vendados. "¡Muero por la libertad de América!", alcanzó a gritar, según su mito. Luego, vino la descarga. Partió para siempre el libertador de Chile e impulsor del federalismo argentino. Murió así, con el mismo valor que vivió. Siguiendo la senda de patriotas como José Miguel Neira, Juan José y Luis Carrera, y Manuel Rodríguez, el costo de la participación argentina en la liberación de Chile volvía a cobrar como cuota un terrible magnicidio.
Las pertenencias personales de Carrera le fueron robadas como trofeos aún sangrantes. La leyenda dice que sólo unas horas después, llegó la orden de San Martín de cancelar la ejecución, atrasada por un contratiempo de la diligencia.
A la larga, sin embargo, el asesinato de Carrera, Benavente y Álvarez sería contraproducente para el interés argentino, sin embargo. La noticia de la muerte daría una nueva excusa a la acumulativa ira popular chilena contra los lautarinos.
Muy bueno el comentario historico sobre los últimos tiempos del Brigadier José M. Carrera en Argentina. Parecería que el Brigadier y su familia chilena no tienen relación con los de Tres Arroyos porque los nombres de los hijos no tienen aparentemente descendencia argentina. Los Carrera de Tres Arroyos estaban emparentados con el General Jose Maria Paz creo que de una manera casi directa.
He llegado aqui por casualidad y veo que Julio Carreras es descendiente de Brígido. Este hombre era famoso por su coraaje a principios de siglo XX en la provincia de Buenos Aires, de donde es oriunda mi familia. Mi abuelo decía que los Carreras de Santiago del Estero, nuestros parientes, eran primos de los Carrera chilenos. Mi abuelo contaba -más lo recuerdo por las versiones de mi padre que algunos de los numerosos Carreras que había en el siglo XIX en la zona de Santa Fe, Enrre Rios y la Pcia. B. Aires había luchado junto con los indios contra los comerciantes del puerto. Yo vivo ahora en Australia, no creo que regrese a Argentina pues ya superé los 60 pero estas lecturas me han traido rememoranzas gratas.
El Cható Carreras
Por:
María Navajas
mnavajas@lavozdelinterior.com.ar
En Argentina, si bien nunca hubo nobleza hay castillos. Este es el caso del Chateau Carreras, en la ciudad de Córdoba.
Sin blasones de reyes, fosos ni murallas esta imponente casa solariega estuvo enclavada en un predio denominado San Gerónimo y ocupaba 475 hectáreas del sector noroeste. Fue construida en 1890 por David Carreras Ponce de León, poderoso empresario que ocupó la primera presidencia del Banco de la Provincia de Córdoba. Casado con Rosario Gavier, ocupó la casa que estaba dividida en dos sectores, uno destinado a los cuartos y respectivos baños de los cinco hijos, y en el otro, las dependencias matrimoniales; el living, el comedor y la cocina.
Lunes cerca del mediodía, el intenso frío cede levemente ante el avance del sol. Tordos, loras y gorriones celebran el luminoso día con vuelos de árbol a árbol.
Luego de ascender las escaleras de mármol nos reciben el profesor Jorge Torres, director del Centro de Arte Contemporáneo y Carlos Plutman, asesor técnico. Ambos, presentes a pesar del feriado nacional.
En sus orígenes el predio de la imponente mansión, más bien casco de la estancia, se extendía hasta las barrancas del hoy barrio Cerro de las Rosas por el este; hasta el actual predio del camping municipal General San Martín por el oeste y a El Tropezón (barrio Don Bosco), por el sur. Ahí una tranquera franqueaba el acceso que se abría en cinco caminos que llevaban el nombre de cada uno de los hijos del matrimonio.
El Chateau Carreras da la espalda a las sierras y mira de frente el nacimiento del sol. Un inmenso jardín diseñado a fines del siglo 19, por el paisajista francés Carlos Thays, acoge a la magnífica construcción de estilo italiano con materiales importados mayormente de Francia. Una torre que a modo de atalaya permite observar varios kilómetros a la redonda acrecienta la magnificencia de la residencia.
Búsqueda del tesoro. Los imponentes muros atesoran una profusa historia que incluye el supuesto enterramiento del tesoro del virrey Sobre Monte como atestiguó Carlos María Carreras Saavedra, uno de los descendientes, al plástico Antonio Seguí. En la búsqueda de ese botín participaron tres grupos internacionales pero sólo encontraron unas viejas monedas y un sable colonial al derrumbar un túnel.
Viejos fastos y reuniones lujosas, con la marca de la austeridad criolla, cortaban las tediosas jornadas de época. Los invitados a las alegres tertulias en ocasiones de mal tiempo se veían obligados a permanecer varios días en el solar por el estado de los caminos.
El río Suquía alimentaba un lago que los veranos hacía las veces de centro recreativo a la vez de ser bebedero de animales.
Muchas de las dependencias dan a un patio interno en cuyo perímetro un coqueto brocal denuncia el aljibe. Enfrentadas estaban las habitaciones del numeroso personal destinado al servicio que hoy cumplen otras funciones.
Durante más de dos décadas en el lugar se dictaron los primeros grados del primario que fue fundamental para chicos de la zona.
Con el transcurrir del tiempo el magnífico solar fue habitado por miembros de las distintas ramas de descendientes hasta que en 1971 murió María Luisa Saavedra de Carreras quien más se ocupó del lugar.
Abandono y después. En 1972 durante el gobierno de facto del general Agustín Lanusse, ocupaba la Gobernación provincial el contraalmirante Guozden a través del cual se ejecutó la expropiación del predio con miras a la construcción de un centro político y administrativo provincial que nunca se concretó.
Por la expropiación, que se pagó en cuotas, el solar quedó abandonado. Uno de los descendientes de la familia, el martillero Manuel Carreras realizó el remate del mobiliario menos el altar de la capilla que ahí funcionaba y se donó a una orden religiosa. La subasta duró tres días y el castillo quedó vacío durante casi 14 años.
La soledad del entorno y la falta de guardia facilitaron el hurto de objetos de valor como los mármoles de la escalera principal, esculturas, el teléfono de característica "40 Argüello" y otros elementos muy preciados por los anticuarios. Luego llegó el turno de la devastación cuando se arrancaron de cuajo puertas, ventanas y el entablonado.
Hora del arte. El cordobés Antonio Seguí siguió la corriente de muchos artistas latinoamericanos que decidieron "motorizar" el arte en sus lugares de origen. Así lo hicieron Rufino Tamayo y José Luis Cuevas (llamado el Picasso latinoamericano) en México y Oswaldo Guayazamin en Ecuador.
Seguí proyectó la creación de un centro de arte y la restauración del castillo y para ello en marzo de 1987 se hizo la Fundación Centro de Arte Contemporáneo con importantes aportes de empresas locales y apoyo gubernamental. Tras su refuncionalización y puesta en valor fue inaugurado el 12 de noviembre de 1988. Sin embargo, los cambios de una frágil economía retiraron el apoyo oficial y la fundación se desarticuló.
El nuevo milenio viró el destino y el proyecto del centro fue reflotado a través de la Agencia Córdoba Cultura. Desde entonces se consolida como referente artístico con la exposición de muestras itinerantes de consagrados y nuevos talentos.
El Chateau Carreras hoy da cobijo a presentaciones de libros, conciertos, obras teatrales, encuentros corales y conferencias.
Pasaron por el Centro de Arte Contemporáneo maestros de la talla de Enio Iommi quien donó una escultura que en la actualidad integra la colección propia.
Has puesto finromacion realmente buena e interesante sobre Los Carreras, por ello me gustaria preguntarte de donde la sacaste para ver si encuentro mas cosas yo! Por cierto, todo lo que habeis dicho en los comentarios me ha parecido muy interesante tambien.
Estimados: He llegado aqui por casualidad, al buscar el origen de mi apellido y la necesidad de saber si está emparentado con David Carreras Ponce del León de la Pcia de Cordoba.
Me quede absorto al leer losantecedentes historicos del Apellido en la gesta libertadora de latinoameria. Esta parte de la historia ninguna manual de estudio me la relata.
Quisiera saber si hay mas datos al respecto. Les cuento que soy de Villa Dolores , Pcia de Cordoba, limite con San Luis,Argentina. En la región no somos muchos que llevan este apellido y todos a mi entender estamos emparentados. No se mucho sobre mis antepasados , solo llego a mi Abuelo don Tomas Carreras, que tenía cuatrro hermanos.
LES AGRADECERÉ CUALQUIER INFORMACION.O DATOS BIBLIOGRAFICOS PARA INICIAR LA BUSQUEDA. POR MI PARTE SI TENGO MAS INFORMACIÓN LES CONTARÉ.
SALUDOS COORDIALES.
CARLOS
Estimado Carlos: gracias por su aporte. Disculpe nuestra demora en contestar.
Respecto del tema tratado, son estos los únicos datos con que contamos hasta ahora. Tenemos la presunción de que los Carreras de Córdoba, Tucumán y Santiago del Estero, provenimos de un mismo núcleo entrerriano. El cual, más remotamente provino del Alto Perú. Mi suposición es que todos arribaron al Perú hacia mediados del siglo XVII y se bifurcaron en dos ramas: una que fuese a Chile y otra a la región del Litoral Argentino. De esta última provendríamos nosotros.
He leido lo escrito por el Sr. Julio Voget allá por el 28/05/07 y confirmo que Pedro N. CARRERA fue un acaudalado hacendado y prominente político con gran influencia en la zona de Tres Arroyos, en la Provincia de Buenos Aires. Ciertamente era propietario del enorme establecimiento "La Ballena" y participó activamente en el desarrollo de la urbanización de la provincia aportando tierras propias para la fundación de otros poblados como Las Copetonas y San Cayetano.
Respecto a la entrevista realizada por la Revista del Diario La Nación que Ud. menciona, me permito decir que no se recuerda que alguna hija de Pedro N. Carrera se hubiera casado con alguien de apellido Santamarina. Probablemente sea cierto que alguien con este apellido fuera albacea y también que sú patrimonio lo hizo gracias al apoyo de Pedro N. Carrera.
Lo cierto es que despues de la temprana muerte de Don Pedro N. Carrera la familia se empobrecio paulatinamente.
Anotado por: Juan E. Carrera
Soy Julio G. Voget casado con una biznieta de pedro n. Carreras. Su bisabuela - que conocí a sus 60 años aproximadamente- me dijo que ella era margarita carreras paz de vivas, sobrina nieta del general paz. Yo tenía 16 años cuando me contó eso. Y lo de la nación me lo dijo una hermana de mi padre, maestra, cuñada de la hija de ricardo balbin y nieta de mercedes ernestina olaechea y alcorta prima de josé Figueroa alcorta. No menciono esto para " darme dique" sino para decirle que mi tía no tenía necesidad alguna de inventar un parentezco de mi joven esposa con los santamarina. Y si fue albacea de pedro n. Carreras.